La ESI como garantía de los derechos de las y los estudiantes



En los últimos días, han circulado por distintos medios de comunicación, locales y nacionales, un conjunto de testimonios y materiales didácticos que evidencian prácticas de enseñanza ilegales ejecutadas sistemáticamente en una red nacional de escuelas de gestión privada que cuenta con instituciones educativas en nuestra provincia. Nos preocupa profundamente la situación, dado que los contenidos educativos –tal como han sido difundidos por los medios de comunicación- se oponen taxativamente al enfoque de derechos que rige la prescripción curricular tanto nacional como provincial y promueven la violación de los Derechos Humanos.



Los procesos de implementación de la ESI que impulsamos desde el Ministerio de Educación se inscriben en un enfoque integral que reflejan el avance de los marcos normativos provinciales, nacionales e internacionales. En las últimas décadas, el sistema educativo ha redoblado sus esfuerzos en el fortalecimiento de los derechos de niñas, niños y adolescentes mediante la promoción de prácticas educativas orientadas a la apropiación y el ejercicio efectivo de los derechos por parte de las y los estudiantes. Desde las escuelas nos comprometemos para que tales derechos no sean enunciados abstractos sino que formen parte de la vida de las y los estudiantes. Por esa razón, la ESI brinda conocimientos científicos relativos al cuidado del cuerpo promoviendo el acceso a la salud sexual y reproductiva; construye herramientas para desmontar las desigualdades de género y promover la equidad y el respeto por la diversidad sexual; y apuesta por el desarrollo de habilidades para la construcción de vínculos afectivos saludables libres de discriminación y violencia.
Desde el Programa de ESI, consideramos que más allá de los idearios institucionales y las convicciones personales, toda escuela adscripta al Ministerio de Educación debe regir sus prácticas educativas por el enfoque de derechos. Los materiales didácticos difundidos no lo hacen y, con ello, reproducen desconocimiento, estereotipos y mandatos que lesionan los derechos de las y los estudiantes.