3 de junio - Ni una Menos


Un poco de historia

El colectivo “Ni Una Menos” nace en nuestro país en el año 2015, cuando un grupo de periodistas, activistas y artistas lanzaron una campaña para decir “basta de femicidios”. Por esos días, habían sido numerosos los hechos de violencia machista que se sucedieron, pero la situación puntual que desató esta gran convocatoria fue el caso de Chiara Páez, una joven de 14 años que vivía en Rufino -provincia de Santa Fe- asesinada por su novio. Las propias periodistas impulsoras de este movimiento lo definen como “un grito colectivo contra la violencia machista”, que nace de una iniciativa de un grupo pero que “creció cuando la sociedad la hizo suya”. En nuestro país, se respondió masivamente poniendo un límite y visibilizando el repudio e intolerancia a las agresiones; gran parte de la población salió a las calles de manera multitudinaria bajo el lema “Ni una menos”, dando como resultado la primera marcha que se llevó a cabo el 3 de junio de 2015.


Ni una Menos desde la ESI

El abordaje que plantea la ESI tiene que ver con visibilizar y reflexionar sobre cómo los mitos, las representaciones y los estereotipos de género inciden en la construcción de relaciones afectivas desiguales sobre las que se asienta la violencia contra las mujeres y diversidades. La ley de Educación Sexual Integral plantea como uno de sus objetivos procurar la igualdad de tratos y oportunidades para varones y mujeres. En este sentido, es fundamental repensar las prácticas y los vínculos que se encuentran naturalizados en lo cotidiano (hogares, escuelas, clubes, relaciones de pareja) cuando subyacen relaciones jerárquicas y desiguales. La problematización de dichos escenarios permite visibilizar desigualdades e inequidades del orden micropolítico que podrían derivar en violencia machista. Estas diferencias en las expectativas de lo que se espera de un varón o de una mujer se van transmitiendo a lo largo de la infancia, se naturalizan, preparando a unos y otras para ocupar lugares distintos, que no son valorados socialmente del mismo modo. En este sentido, entendemos que la ESI posibilita que los y las docentes y estudiantes reflexionen sobre los mandatos de género, los estereotipos y la violencia internalizada con el objetivo de desmontar prácticas arraigadas y construir otros modos de vincularnos, no sólo en el ámbito escolar sino también en la vida cotidiana. 

En un nuevo aniversario del #NiUnaMenos, seguimos trabajando por más y mejor ESI en la escuela, porque es una herramienta  indispensable para generar un cambio cultural y social que posibilite que las diferencias sean motivo de celebración, y no de discriminación o sometimiento. 



Mirta Marina, coordinadora del PNESI, nos comenta cómo la ESI se retroalimenta con el grito de lucha "Ni una menos" y la importancia de que este año, que no podemos encontrarnos en la calle, la ESI  sea la herramienta para seguir elevando esa consigna, con el trabajo de las y los docentes y junto a estudiantes y familias. 

Fuente: Programa Nacional de Educación Sexual Integral, Dirección de Educación para los DDHH, Género y ESI, Ministerio de Educación de la Nación.




Canción "Sin Miedo" - Vivir Quintana y MonLaferte